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Si estás buscando una forma de combinar estética y practicidad en tu jardín de marihuana, cultivar una planta madre de bonsái es la mejor manera de conseguir ambas metas. El bonsái de marihuana es una excelente manera de darle vida a tu jardín y mantener una reserva de tu genética favorita. En este artículo, te enseñamos cómo se hace un bonsái paso a paso para que puedas convertirte en un experto de este arte.
¿Qué es un bonsái?
El bonsái es una técnica de jardinería que tiene más de 1.000 años de antigüedad y consiste en el arte de cultivar plantas miniatura de cannabis. Hay algunos principios estéticos seguidos por los practicantes del arte del bonsái. Estos concejos incluyen miniaturización, proporcionalidad, asimetría, conmoción y no dejar rastro de manipulaciones en la planta. Todo cultivador de bonsái necesitará tener en cuenta estos factores cada vez que cultiva una planta. Aunque es un tipo de arte asociado siempre al Japón, sus orígenes se derivan de prácticas chinas. En su momento, los budistas japoneses desarrollaron y mejoraron el proceso. El bonsái se extendió a la cultura occidental después de la segunda guerra mundial, y su práctica se sigue manteniendo como pasatiempo en Japón.
Las razones para cultivar un bonsái de marihuana
Cultivar un bonsái de marihuana trae varios beneficios para los cultivadores intrépidos. Primero que todo, este tipo de árboles cuenta con una estética única, y sus formas y patrones agregan cierta atmósfera distintiva en el ambiente. Además, los cultivadores se ven obligados a reorientarse a si mismos, aprendiendo una técnica de cultivo nueva. El bonsái de marihuana también tiene un uso práctico. Como el bonsái permanece siempre dentro de la fase de vegetación, puedes usarlo como planta madre para preservar tu genética favorita. De esta forma, puedes hasta crear tu propio banco de genéticas.
¿Cómo se hace un bonsái paso a paso?
Cultivar un bonsái de marihuana requiere de la evaluación de una serie de factores. Es importante que se considere cómo se va a preparar el sustrato y la planta, así como entrenar las ramas y los troncos, y establecer una rutina de poda.
Primer paso: prepara la maceta
Primero tendrás que hacer agujeros en los lados de la maceta que hayas seleccionado. Estos agujeros se usarán para atar las ramas de tu bonsái con alambre o hilo. Taladra agujeros en todo el borde, separándolos a 2,5 cm de distancia. Ten cuidado de no taladrarlos muy sobre el borde. Finalmente, asegúrate de que los agujeros son suficientemente grandes como para que quepa la cuerda o el cable que vas a utilizar.
Segundo paso: alista tu planta
El paso siguiente es plantar tu plántula en la maceta seleccionada. Puede utilizar un clon de una planta madre que hayas cultivado con anterioridad o una planta nacida de una semilla. Sin importar cuál sea tu elección, asegúrate de que tu planta sea una hembra antes de escogerla como planta madre. Adicionalmente, escoge una planta sana y saludable. De esta forma, cada clon que elimines de tu planta madre compartirá su genética.
Tercer paso: entrena el tronco
Coloca una estaca cerca del tallo de la planta. Esto lo utilizarás para manipular el tallo principal de tu planta. Envuelve el tallo principal de tu planta alrededor de la estaca para darle su apariencia particular. Asegúrate de hacer esto con delicadeza. Si no eres precavido al enterrar la estaca, puedes terminar dañando el sistema de raíces de tu planta. Ata el tallo a dos agujeros en lados opuestos de la planta, utilizando hilo o alambre. No ates el tallo principal con demasiada fuerza. En su lugar, asegúrate de dejar suficiente espacio para que el tronco se engruese.
Cuarto paso: entrena las ramas
Amarra las ramas secundarias de tu bonsái de marihuana a los otros dos agujeros restantes en tu maceta. Utiliza hilo o alambre para lograr este objetivo. Así como lo hiciste con el tallo principal, asegúrate de dejar espacio para que las ramas crezcan. Un buen cultivador de bonsáis no deja rastros de manipulación, así que evita los daños permanentes en tus plantas. Ata tu planta tan firme o suavemente como quieras. Como tu planta todavía está en la fase vegetativa, será flexible y fácil de doblar.
Quinto paso: establece una rutina de poda
Como tu bonsái va a estar creciendo permanentemente, establece una rutina de poda. Realiza la poda por las primeras dos temporadas. Primero, esto ayudará a mantener la estética exótica de la planta. Segundo, puedes utilizar el material podado como clones. Solo enraízalos, déjalos que vegeten y florezcan. Corta solamente los brotes nuevos. Evita siempre el corte de las ramas principales una vez que se han establecido.
Conclusiones del cultivo de bonsáis
Aprender cómo poner en práctica el arte del cultivo de bonsáis es una tarea gratificante desde múltiples niveles. Es una forma de combinar estética y practicidad en tu jardín de marihuana. Adicionalmente, las habilidades que aprendes cultivando bonsáis son útiles con el resto de tus plantas de cannabis. ¡Mantener una planta madre como bonsái será la envidia de muchos otros cultivadores y le dará a tu jardín un toque de feng shui!
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