¿Por qué es tan útil tener una planta madre de marihuana?

Las plantas de cannabis pueden provenir de dos fuentes: semillas o clones. Cultivar a partir de semillas es sin duda el método más clásico, sin embargo, el uso de plantas madre es una técnica más avanzada que te permite obtener esquejes de tu hierba favorita para cultivar plantas exactamente iguales. En este artículo te explicaremos en detalle cómo tener una planta madre para seleccionar, cultivar y conservar plantas de cannabis perfectas.

¿Qué es una planta madre?

Cuando encuentras una variedad de marihuana que te cambia la vida, lo único que quieres es replicarla para poder disfrutarla una y otra vez. La forma más fácil de hacerlo es mediante el uso de esquejes. Cada esqueje obtenido de una planta madre, es una réplica genética exacta de la misma, y como tal, producirá flores y un rendimiento de la misma calidad (si se cultiva en las mismas condiciones, claro). Además, los esquejes cortados de una planta hembra siempre desarrollarán plantas hembras. Dicho esto, ten en cuenta que, para poder producir esquejes, las plantas madres deben permanecer en fase vegetativa.   

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Las ventajas de usar una planta madre de marihuana

Tener una planta madre ofrece muchos beneficios. En primer lugar, agiliza el proceso de crecimiento del cannabis. Un cultivador que tenga plantas madre podrá cosechar cogollos y tener esquejes listos para comenzar su próximo cultivo al día siguiente. En segundo lugar, tener una planta madre elimina las sorpresas durante el cultivo. Cada esqueje que cortes de una planta madre será exactamente igual, así que, si encuentras una planta que te gusta, con este método, podrás seguir cultivándola una y otra vez. Además, las plantas madre son ideales para cultivar utilizando la técnica SoG. Los esquejes son plantas de tamaño similar que crean un dosel homogéneo lo cual asegura una mejor penetración de la luz y permite aumentar la cosecha.

¿Cómo hacer una planta madre?

Las plantas de marihuana madres provienen de semillas o esquejes y deben permanecer en fase vegetativa durante toda su vida. Para escoger una planta madre recomendamos cultivar a partir de una semilla. De esta manera, podrás controlar todos los aspectos de los esquejes desde el principio.

Paso 1 – Germina tus semillas

Al igual que los humanos, cada planta es genéticamente única. Dado que dos semillas de la misma planta pueden exhibir fenotipos o rasgos muy diferentes, recomendamos germinar un pack de semillas entero para obtener plantas madre. De esta manera podrás elegir los mejores esquejes para tu cultivo.

Paso 2 – Haz tus primeros esquejes

Una vez que las plantas hayan echado raíces, dales 2-3 semanas de crecimiento. Cuando sean lo suficientemente grandes, puedes comenzar a cortar un par de esquejes de cada una. ¡No te olvides de etiquetarlos! Deja que los esquejes permanezcan en fase vegetativa durante 3-4 semanas. Si quieres saber cómo hacer esquejes, consulta nuestra guía.

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Paso 3 – Pon a florar tus clones

Mantén tus plantas madre originales en fase vegetativa dándoles más de 12 horas de luz al día. Pon a florar los esquejes que has obtenido de tus plantas madre. Una vez que los esquejes comiencen a revelar su sexo (con pistilos o sacos de polen), conserva las hembras y quita los machos.  

Paso 4 – Corta las plantas macho

Quita los esquejes machos de tu cuarto de cultivo, así como también a sus respectivas plantas madre. Puedes deshacerte de las plantas macho o tratar de reutilizarlas de diferentes maneras. Lee nuestro artículo para saber qué hacer con plantas masculinas de cannabis.

Paso 5 – Cultiva esquejes hembras

Cultiva los esquejes hembras hasta que sea momento de cosecharlos. El producto obtenido te dará una idea de la calidad de cada planta madre.  

Paso 6 – Decide qué plantas madre te quedarás

La elección de una planta para hacer esquejes con los rasgos adecuados depende de tus preferencias. Puede que te guste un fenotipo en particular, su tamaño o capacidad productiva. Al elegir tu planta madre, ten en cuenta los siguientes rasgos.

Signos de una planta madre ideal:

• Raíces saludables y un tallo fuerte: elige plantas con un sistema radicular sano y un tallo fuerte para evitar problemas de cultivo
• Hermafroditismo: no te recomendamos usar hermafroditas como plantas madre, ya que los esquejes podrían heredar los mismos rasgos y arruinar una cosecha entera
• Resistencia a plagas y hongos: escoge una planta con una resistencia natural a las plagas y hongos que puedan ser peligrosos
• Resistencia al estrés: vigila los esquejes y elige aquellos que han tolerado mejor o peor el estrés de la poda
• Capacidad productiva: presta atención a la cantidad de cogollos que desarrollan tus plantas en la fase de floración. Escoge las plantas madres cuyos esquejes producen más flores con mayor cantidad de tricomas
• Vigor y maduración fácil: escoge plantas que germinen más rápido y crecen con vigor durante la fase vegetativa
• Potencial de enraizamiento: escoge los esquejes que hayan echado raíces más rápido

En el mejor de los casos, escogerás una planta que tenga todos estos aspectos. Pero las plantas, como las personas, no son perfectas y es posible que tengas que hacer algunos ensayos de prueba y error para encontrar tu planta madre. Una vez que sepas qué plantas madre quieres conservar, deshazte de las otras. Ten en cuenta que, si quieres, todavía puedes ponerlas en floración para eventualmente cosecharlas.

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¿Qué necesito para cultivar plantas madre?

Cultivar una planta madre requiere de un espacio de cultivo, nutrientes adecuados, podas bien aplicadas y cantidades específicas de luz. El cultivo de una planta madre podrá parecer algo complicado, pero, en realidad es bastante sencillo. A continuación, encontrarás una lista de todo lo necesario para mantener una planta madre sana.

¿Qué necesitas para tener tu propia planta madre?

Para cuidar adecuadamente de tu planta madre necesitarás un espacio de cultivo de aproximadamente 80 x 80 x 150 cm o un armario de cultivo pequeño. Adicionalmente, puedes aprender la técnica del bonsái para cultivar plantas de tamaño reducido en un espacio limitado. También necesitarás luces de cultivo: la mejor luz para plantas madre son las lámparas fluorescentes de espectro azul, las lámparas MH o las luces LED de espectro completo. Por último, necesitarás un pequeño ventilador para garantizar la circulación del aire, así como también un higrómetro para verificar la temperatura y la humedad del aire.    

Alimentación de las plantas madre

Aunque las plantas madre pueden volverse extremadamente grandes, deben mantenerse siempre en fase vegetativa. Por este motivo, las plantas madre necesitan ciertos nutrientes específicos. Te recomendamos alimentar a tus plantas con un fertilizante que tenga mucho nitrógeno y calcio. El nitrógeno es esencial para el crecimiento vegetativo, mientras que el calcio ayudará a tu planta a desarrollar paredes celulares más fuertes. Ten en cuenta que, una vez que las plantas madre comiencen a crecer, absorberán agua y nutrientes muy rápidamente, ¡así que préstale mucha atención al riego! 

Poda apical (Topping)

El topping es una técnica fundamental en lo que respecta al cuidado de las plantas madre. No solo ayuda a controlar la altura, sino que también puedes obtener esquejes mientras haces una poda apical a tu planta madre. 

¿Cómo podar una planta madre de marihuana?

Asegúrate de hacer cortes en un ángulo de 45 grados para poder usar las puntas que has cortado como esquejes. ¡Una excelente manera de no desperdiciar materia vegetal!

Poda de las raíces

Además del topping, la poda aérea es otra técnica importante que tendrás que aprender para mantener tu planta madre. Para evitar que las raíces de tu planta madre se enreden, tendrás que sacar la planta de la maceta y quitar un tercio del cepellón. Recuerda esperar unos días entre la clonación y la poda área, de manera que la planta tenga tiempo suficiente para recuperarse. 

Fase vegetativa permanente

Una de los puntos más importantes a tener en cuenta si decides cultivar plantas madre es que deben mantenerse siempre en fase de vegetación. Las plantas de cannabis inician su fase de floración cuando comienzan a recibir 12 horas de luz o menos por día. No se pueden cortar esquejes de una planta en floración. Así que ya sabes: asegúrate de darle 18 horas de luz por día a tu planta. Este ciclo de luz es el más recomendable, ya que, si recibe menos luz, la planta madre podría comenzar a florar.

Cuida tus plantas madre

Hay varias formas en las que puedes asegurarte de que tus plantas madre de marihuana sean lo más saludables posible. En primer lugar, te recomendamos que las cultives en suelo orgánico, para estimular el desarrollo de una inmunidad natural contra las enfermedades. Dado que las plantas madre tienen ciclos de vida largos, suelen ser más susceptibles a las plagas. Puedes usar pesticidas como las piretrinas o el aceite de neem para combatirlas. En segundo, lugar, algo que debes tener en cuenta antes de cortar esquejes, es el tiempo de desarrollo de las plantas madre. Asegúrate de que las plantas tengan raíces firmes y aproximadamente 3 semanas de tiempo de crecimiento vegetativo antes de clonarlas. De esta manera, la clonación no causará demasiado estrés a la planta.  

¡Crea tu propio ejército de clones!

Las plantas madre son las mejores amigas de cualquier cultivador. De hecho, la mayoría de los cultivadores profesionales utilizan plantas madre para optimizar sus cultivos y hacerlos más eficientes. Ahora que ya sabes cómo tener una planta madre, puedes aplicar estas técnicas en tu propio cultivo. Una vez que hayas escogido tus cepas de marihuana favoritas, ¡podrás obtener marihuana de alta calidad cosecha tras cosecha!

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